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29/03/2024

Southwest de luto

Juan A. José / Miércoles, 16 Enero 2019 - 10:43

Hablar de aerolíneas no solamente es hablar de aviones, pasajeros, carga o personal técnico aeronáutico. Y lo heroico no solamente tiene lugar a bordo de una aeronave pues la historia del aerotransporte también la escriben los valientes que se atreven a invertir su vida en los controles de una compañía aérea.

La gran mayoría de ellos, por más exitosos que pudieran resultar sus emprendimientos, realmente pasan desapercibidos cuando no terminan de plano satanizados, como fue el caso de Frank Lorenzo a quien, entre otras controversiales gestiones al frente de varias importantes aerolíneas, se le atribuye el colapso de Eastern Airlines. ¿Qué decir del irresponsable manejo que dio Howard Hughes a la TWA?

Sin embargo, como en toda industria, no falta un pequeño grupo de ejecutivos que termina siendo virtualmente entronizados en ellas. Lee Iacocca de Ford en lo automotriz, Steve Jobs en Apple y Bill Gates de Microsoft en las computadoras, Walt Disney en el entretenimiento y Jack Welsh en General Electric, me vienen a la mente.

Lo aeronáutico, claro está, no puede estar exento: Bill Boeing, Marcel Dassault, Donald W. Douglas, Wilbur y Orville Wright e Igor Sikorsky, cuyos apellidos delatan las empresas que encabezaron, sin duda forman parte de un selecto grupo de pioneros en el que también debe de incluirse a Juan T. Trippe de Pan Am; a Fred Smith de FedEx; a Don Manuel Sosa de la Vega en Méxicana de Aviación, y por último pero no menos importante, al abogado estadounidense de Herb Kelleher, socio fundador y alma de la low-cost Southwest Airlines.

Indiscutiblemente, la aerolínea estadounidense no solamente es una de las más grandes y exitosas del orbe, sino también de las que más ha contribuido a transformar el negocio a nivel mundial. Por ello me atrevo a honrar a Herb en este día de enero de 2019 en que me entero que sus alas terrenas se han transformado para ayudarlo a emprender ese último e inevitable vuelo que todos habremos de realizar, tarde o temprano.

“No pedimos ser eternos: tan solo pedimos que nuestros actos no pierdan de repente su sentido”, escribió Antoine de Saint-Exupéry, otro grande de la aeronáutica, pero quien, contrario a los de la categoría de Kelleher, nunca tuvo encima el peso sacar adelante una aerolínea.

Y es que, sin menospreciar la presión que supone la responsabilidad de estar al mando de una aeronave, lo que debe de enfrentar quien está al frente de una compañía aérea es enorme. Ya hemos comentado en colaboraciones anteriores que el complejísimo negocio del aerotransporte no es para todos, y que aún los mejor preparados administradores pueden fallar con extrema facilidad en su intento de mantener en vuelo una aerolínea.

En este contexto, me parece que lo hecho por Kelleher con Southwest es particularmente meritorio, tanto así que su lucha y gestión se han convertido en uno de los más representativos casos de estudio en la especialidad, al cual debemos recurrir todos aquellos que aspiremos a entender cómo funciona la aviación comercial.

Es así que celebro la vida de Kelleher y lamento su muerte, sumándome al luto que genera, no solamente en la familia Southwest, sino en toda la aviación civil.

Herb ya es toda una leyenda…

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