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28/03/2024

Mexicana de aviación, seis años...

Francisco M. M… / Jueves, 1 Septiembre 2016 - 10:28

Hace apenas unos días se cumplieron seis años del paro de operaciones de Mexicana de Aviación.

Durante todo este tiempo y hasta ahora, todo el proceso ha sido burocrático, confuso y manoseado por personas e instituciones en todos los niveles que han tenido la responsabilidad de responder a miles de trabajadores por la pérdida fraudulenta de su empresa y de su trabajo, cosa que no han hecho con la rapidez y eficacia que sería de esperarse en un país con respeto a la mínima justicia.

A estas alturas se podría escribir un libro muy grueso sobre todos las acciones e inacciones de tanta gente que ha jugado a pasar el balón al jugador de al lado, o lo que es peor, a complicar el juego tanto como sea posible.

Me parece que en este asunto han fallado muchos: empresarios, autoridades aeronáuticas, instancias judiciales, autoridades laborales y desde luego, hay que decirlo, los trabajadores también tuvieron su culpa al menos por omisión.

En un principio y a pesar de las señales, los propios trabajadores no supieron leer lo que Gastón Azcárraga estaba haciendo por meses, y que era un plan perfectamente estructurado desde el día de la compra para exprimirle a Mexicana todo lo posible y usar sus recursos para apalancar otros de sus negocios.

La verdad es que nunca pude creer que los líderes sindicales de ese momento, estando donde estaban y moviéndose en los altos niveles de la política laboral del país (empezando con los líderes de ASPA), no se hayan percatado de cómo se iba gestando el problema, y tampoco me creo que no hayan estado enterados desde tiempo atrás de las intenciones de Gastón y compañía, quienes terminaron con la aerolínea más antigua de México.

Por otra parte, la falta de interés o de visión de futuro, estrategias claras y acciones contundentes por parte de las bases, le dieron a Gastón el tiempo justo que necesitaba para organizar el fraude más grande de la historia de la aviación en México.

Alguna vez lo platiqué con algunos miembros del comité ejecutivo de ASPA, compartiendo con ellos mis reflexiones, y les comentaba que me parecía que lo primero que debería hacerse ante el quebranto financiero que ya sufría Mexicana era hacer propuestas de facilidades económicas para salvar a la empresa, y asegurar la fuente de trabajo y una vez logrado esto habría que tomar las acciones legales en contra de los responsables.

A mediados del año 2009, y haciendo uso de mis derechos sindicales como miembro activo de ASPA, lleve una propuesta escrita que contenía lineamientos, estrategias y algunos números para conocimiento de la asamblea general, pero cuando tome el micrófono los pilotos me abuchearon y gritaron de todo.

"¡No, no a más facilidades y si la quieren quebrar que la quiebren y a ver a cómo nos toca!", me dijeron, y todo eso sucedió ante la mirada serena, el incomprensible y extraño silencio del Secretario General, Fernando Perfecto, del comité en pleno y de la Comisión de Vigilancia.

A base de gritos y abucheos, la asamblea general no me permitió hablar y exponer la propuesta que traía en 22 páginas organizadas en un folder y que había tomado en muchos de sus puntos (con la autorización respectiva) de una estrategia que utilizó un sindicato europeo, y que ayudó a sacar de un problema similar a una aerolínea española algunos años atrás. Todo lo que sucedió ese día durante la asamblea está en actas y grabado.

En fin, todo quedó ahí y todavía me sigo preguntando si quizá esa propuesta hubiera podido ayudar en algo a conservar la fuente de trabajo. Me pregunto si no hubiera valido la pena al menos escucharla y también me sigo preguntando la razón por la que la dirigencia en pleno, encabezada por el Capitán Fernando Perfecto, nunca tuvo interés en conocer el contenido de aquel folder... ni ese día ni en el futuro.

Lo que siguió ya es historia, ahora sabemos que faltó compromiso por parte de la dirigencia. Yo sigo pensando que sabían lo que venía, no lo informaron de manera contundente, y simplemente voltearon a otra parte por razones que solo ellos supieron.

También hizo falta una verdadera comunicación y por consiguiente una buena comprensión del problema por parte de los pilotos de la base para poder tomar decisiones adecuadas y exigir acciones a los dirigentes como corresponde de acuerdo a estatutos.

Las manifestaciones callejeras que se realizaron después del paro de operaciones de la empresa fueron una pérdida de tiempo, y sólo sirvieron para arriesgar a los pilotos a una represión violenta por parte de las fuerzas de seguridad y otra vez le dieron la oportunidad a Gastón para poner pies en polvorosa, exiliarse en Canadá y seguir viviendo como rey.

A seis años del cese de operaciones los casi nueve mil trabajadores de Mexicana de Aviación tristemente siguen dependiendo de lo que las autoridades laborales e instancias judiciales de este país están haciendo hoy (lo que por cierto no parece ser mucho y definitivamente es muy lento) para resarcirles sus enormes pérdidas... ojalá que no tengamos que recordar otro triste aniversario más.

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