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18/04/2024

Cancelar el NAICM significaría un retraso de seis años

Francisco Pazos / Martes, 25 Septiembre 2018 - 09:36
El subsuelo de Texcoco es propenso a los hundimientos regionales: especialistas

Cancelar la construcción del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAICM) implicaría un retraso de al menos seis años para que se consolide otra solución al problema de saturación que afecta al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), afirmó Federico Dovalí, ingeniero especialista en operación aeroportuaria.

El experto consideró que, aunque la ubicación del NAICM en el Valle de Texcoco no es la ideal pues presenta retos geológicos que se traducirán en altos costos de mantenimiento, es preferible continuar los trabajos.

“Parar la obra, como se ha mencionado, sería un ‘balazo en el pie derecho’, es completamente inconcebible detener esa obra”, señaló Dovalí durante una mesa de análisis técnico sobre la viabilidad del NAICM, celebrada en Universidad La Salle.

Resaltó que desde finales de la década de 1960, cuando iniciaron las discusiones sobre la necesidad de construir un nuevo aeropuerto que diera servicio al Valle de México, Texcoco fue una región que quedó descartada por las características del subsuelo, propenso a los hundimientos regionales.

“Muchos opinamos que la localización (del NAICM) en Texcoco estuvo equivocada; en lo personal lo sigo creyendo por los problemas geológicos. Los hundimientos que tenemos en el AICM son muy serios y representan un costo de mantenimiento muy alto, y eso mismo vamos a tener en el nuevo aeropuerto de Texcoco”, advirtió el especialista en operación aeroportuaria.

A principios de febrero de 2016, la dirección del AICM envió un análisis de costo-beneficio a la Secretaría de Hacienda, en el que detalló la necesidad de una inversión de 133 millones de pesos para reparar los daños estructurales que presentaba la pista 05L-23R, consecuencia de los hundimientos diferenciales del terreno.

Y en abril pasado, nuevamente el AICM anunció que trabajaba en un proyecto para determinar cuáles con los trabajos de mantenimiento que requerirán sus instalaciones.

Al respecto, Dovalí destacó que como parte de los trabajos previos a la construcción del NAICM se aplicaron estudios profundos para modificar y determinar los sistemas de cimentación, principalmente para en los elementos de las pistas, “pero de todas formas es una zona geológicamente muy incómoda”.

“Sin embargo, la decisión está tomada: estar hablando ahora de si nos cambiamos o no significa un atraso de cinco o seis años, esto debímos discutirlo por lo menos hace cinco años”, enfatizó.

Un terreno complejo

Aunque se trata de una zona que ha sido estudiada durante cientos de años, la región del lago de Texcoco plantea retos para la sustentación de estructuras, principalmente asociados a los hundimientos regionales que presenta, consideró por su parte Elvira León Plata, maestra en Mecánica de Suelos por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

La especialista explicó que el subsuelo del Valle de México tiene a hundirse por el efecto que provoca el bombeo de agua para consumo de los habitantes de la Ciudad de México y su Zona Metropolitana.

Estos hundimientos son particularmente notorios en la región centro de la capital, así como en la zona oriente de la misma hacia la zona del Valle de Texcoco, en donde el subsuelo está compuesto en su mayoría por materiales arcillosos.

Durante su intervención en el foro, la académica de la UNAM señaló que en el mapa del NAICM, la zona sur que colinda con el Circuito Exterior Mexiquense concentra una mayor cantidad de arcillas, característica que disminuye conforme se avanza hacia la región norte.

Lo anterior, explicó, provoca que el sur del nuevo aeropuerto se hunda con mayor facilidad en comparación con los suelos con mayor grado de consolidación, fenómeno en el que también interviene la carga que se le coloque al suelo con pistas, edificios y otras infraestructuras.

Agregó que las mediciones geológicas realizadas por el AICM –en relación con los hundimientos diferenciales– muestran que hay zonas que tienen asentamientos anuales de 20 centímetros; sin embargo, hay otras más críticas en las que los movimientos son de hasta 40 centímetros anuales.

“Este hundimiento regional tan importante es el que genera que el actual aeropuerto requiera mayor mantenimiento en las pistas, porque como estamos en una ‘cazuela’, el centro se hunde y se levantan los extremos”, indicó León Plata.

Sin embargo, la especialista consideró que los niveles de hundimiento que afectan al AICM no son los mismos que se midieron para la zona del Lago de Texcoco, “porque los suelos compresibles son de menor espesor”.

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