Sí hay competencia en el AICM: Aeroméxico

Andrés Conesa, director general de Aeroméxico, rebatió las críticas de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) sobre las nuevas regulaciones para la gestión de horarios de despegue y aterrizaje (slots) de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), al afirmar que, desde 2014 en que se emitió la declaratoria de saturación del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), los vuelos han crecido en una misma cantidad y de manera generalizada para todas las aerolíneas que operan en dicha terminal.

Ante medios de comunicación, Conesa apuntó que las estadísticas de operaciones del AICM reportan un incremento acumulado del 25 por ciento en los últimos cuatros años, mientras que las líneas aéreas registran un crecimiento del 30 por ciento en el mismo periodo.

“Realmente, (para) calificar que no hay competencia en la Ciudad de México, los datos no soportan esa aseveración", señaló.

De igual forma, se manifestó a favor de los anteproyectos de reforma a la Ley de Aeropuertos propuestos por la DGAC, que regularán la asignación de slots en aeropuertos saturados y que fueron enviados el 15 de mayo pasado a la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer).

“De lo que revisamos de las bases, creemos que son positivas. Pues las bases enviadas a la Cofemer son congruentes con las reglas de IATA, las cuales son utilizadas en todos los aeropuertos saturados del mundo”.

La Autoridad Investigadora del organismo de competencia consideró que la regulación propuesta contiene elementos que podrían tener efectos negativos para la competitividad de la industria de la aviación en México.

La Cofece fue especialmente crítica con la figura del “Coordinador de Horarios”, cuyas atribuciones, dijo, son limitadas y podrían no apegarse a las funciones previstas en las Directrices Mundiales de Slots, marcadas por la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA).

Respecto de la prioridad histórica sobre los slots, Conesa puntualizó que todas las aerolíneas tienen la obligación de operar de “manera robusta, consistente y eficiente" pues, si se utilizan los horarios de despegue y aterrizaje adecuadamente, no se tendrían porque serle retirados a una aerolínea.