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19/03/2024

Misión análoga a Marte: un 'Big Brother' científico

Anli Álvarez Ramirez / Miércoles, 9 Agosto 2017 - 12:41
Experimento multinacional en Polonia simula cómo sería para los astronautas ir al planeta rojo

En lugar de personas comunes y corrientes, participan hombres y mujeres de ciencia de más de 30 nacionalidades. En vez de provocar distracción y morbo, produce datos científicos. El "confesionario" es una cápsula de comunicación a donde los participantes no van a quejarse de sus compañeros, sino a pedir instrucciones y apoyo remoto para continuar investigando. Finalmente, en este reto no hay expulsados, pero sí muchos ojos vigilantes, sin descanso. Así es Poland Mars Analogue Simulation (PMAS) 2017: un "Big Brother" científico.

Se trata de la misión análoga a Marte, experimento organizado por el Grupo de Proyectos de Exploración Espacial (SEPG, por sus siglas en inglés), con sede en Polonia, y parte del Consejo Consultivo de la Generación Espacial (SGAC), una organización no gubernamental y sin fines de lucro que agrupa a universitarios y jóvenes profesionistas del ámbito aeroespacial de todo el mundo.

Este proyecto –que inició el 31 de julio y terminará el próximo domingo 13 de agosto– consiste en un encierro en aislamiento de seis "astronautas análogos" dentro de un hábitat especialmente diseñado para simular condiciones realistas de exploración planetaria.

O dicho de otro modo, los participantes fingen ser astronautas en Marte (de ahí el término análogo).

El objetivo del experimento es identificar los potenciales problemas que podría atravesar una tripulación en una misión real al planeta rojo. Para ello, el equipo desarrollará 18 experimentos a través de los cuales se evaluarán parámetros como la eficiencia humana, la dinámica psicosocial, la sostenibilidad de la misión espacial y el crecimiento de plantas en suelo marciano artificial.

Los astronautas análogos son monitoreados las 24 horas y su único contacto se localiza a casi 150 kilómetros del hábitat, en la ciudad polaca de Torun. Asimismo, se buscó replicar las dificultades propias de la comunicación interplanetaria, por lo que intencionalmente se introdujo un retraso en las señales de entrada y salida.

Objetivos y convocatoria

El programa PMAS busca preparar el terreno para futuras misiones tripuladas a la Luna y Marte. En el segundo caso, se cree que una misión real duraría entre un año y medio y dos años, por ello, todo lo que se pueda prever con antelación en cuanto a sistemas, capacidades y operaciones será de gran ayuda.

Los primeros tres días de la simulación se realizaron en “modo lunar”; posteriormente se hicieron modificaciones para simular la superficie marciana.

Para conseguir estas características, el equipo pensó en cómo se podría exponer a alguien a condiciones climatológicas que sean polares, desérticas e insondables al mismo tiempo. Por ello, se acondicionó el hangar de un aeródromo abandonado en Piła, población al noroeste de Polonia.

Una vez establecido el sitio y el hábitat, se adaptó la capsula de comunicación y se lanzó la invitación global a los interesados en el campo. Dentro del equipo de apoyo de la misión están más de 25 científicos de todo el mundo, incluyendo siete mexicanos.

Los 7 mexicanos

Carlos Salicrup, piloto aviador que vuela como primer oficial el Boeing 787 de Aeromexico, médico cirujano egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y uno de los expertos más connotados de México y Latinoamérica en Medicina Aeroespacial, fue invitado hace más de un año a colaborar en PMAS como médico de misión, posteriormente fue designado líder del equipo médico y seleccionado como astronauta análogo de la tripulación B.

El Dr. Salicrup estuvo involucrado en todo el proceso previo a la misión, particularmente en la logística y planeación de respuesta a emergencias, en la salud, nutrición y entrenamiento de todo el equipo, así como en la selección de los astronautas análogos, entre otras actividades.

Igualmente, destaca la maestra en ciencias espaciales, Carmen Félix, egresada del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, y quien inició este proyecto desde hace más de dos años junto con un equipo internacional y multidisciplinario. Ha fungido como supervisora de PMAS y es consejera de la misión análoga en Polonia. Desde el año pasado, Carmen buscó que más mexicanos pudieran integrarse a este proyecto internacional.

A ellos los acompañan Danton Bazaldua, Juan Carlos Mariscal, Betel Martínez y Yair Piña, también de la UNAM, así como Walter Calles del Instituto Politécnico Nacional.

Mariscal fue el primer estudiante de postgrado mexicano en ser seleccionado para participar en esta misión por su proyecto Rover, un prototipo de robot explorador autónomo, dotado de inteligencia artificial y diseñado para tomar muestras de la superficie de Marte.

Le siguieron Bazaldua y Calles, con el diseño de un chaleco para medir las señales biomédicas de los astronautas análogos durante las caminatas de exploración. Por su parte, Martínez, experta en psicólogía, propuso una aplicación para evaluar los valores cognitivos de los astronautas. Finalmente, Piña, alumno de Física y quien apenas se integró al equipo en julio pasado, participa como uno de los seis comunicadores de cápsula en el centro de soporte de la misión.

Con los esfuerzos de todo el equipo, se espera obtener elementos sustanciales que permitan enviar algún día a seres humanos hasta el planeta rojo. ¿Estaremos ahí para verlo?

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